PRODUCCIÓN DE HIDRÓGENO A PARTIR DE AGUAS RESIDUALES (Aguas negras)
Cada día van apareciendo nuevos trabajos y avances en la búsqueda de viabilizar la entrada del hidrógeno en la matriz energética de los países. Dentro de estos avances se encuentra la producción de hidrógeno a partir de desechos orgánicos, incluyendo las aguas residuales (también denominadas aguas negras), posiblemente a un costo menor que la tecnología tradicional basada en la electrolisis (descomposición del agua mediante la electricidad).
Si bien este es un tema ya investigado desde hace buen tiempo, un trabajo alentador ha sido publicado en la revista Water Research por los investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Oregon, EUA.
Los resultados sugieren que se puede reducir hasta en un 75% la energía requerida para producir hidrógeno, comparada con la producción mediante electrolisis. Aún queda mucho trabajo por hacer, sobre todo en la reducción del costo de los materiales de los electrodos y en la mejora de la eficiencia del sistema que, según los propios investigadores, es posible.
Además de producir hidrógeno a partir de las aguas residuales, el sistema depura y limpia el agua. Teóricamente sería posible construir plantas de tratamiento de aguas residuales que recogieran el agua sucia al principio y devolvieran agua limpia e hidrógeno al final. La producción estaría limitada únicamente por la cantidad de agua residual a tratar. Las aguas negras pasaría de ser un potencial problema a un importante componente para la sostenibilidad de un país.
El meollo de esta investigación está en la ‘célula de electrolisis microbiana’ (MEC), un planteamiento libre de membrana, más barato y significativamente más eficiente que el tradicional.
La eliminación de la membrana no solo simplifica la construcción, el funcionamiento o el mantenimiento de la célula MEC, sino que también disminuye la resistencia interna y, por tanto, se incrementa la producción de hidrógeno, dicen los investigadores en el artículo.
En este sistema, los microorganismos de las aguas residuales atacan la superficie de un ánodo y degradan la basura orgánica contenida en el agua en una especie de batería. La basura descompuesta libera protones que migran hacia el cátodo, se combinan con los electrones y se produce hidrógeno. A partir de aquí, los sistemas pueden adaptarse para producir electricidad directamente, o usarse para producir hidrógeno, que a su vez puede ser usado para producir electricidad en una pila de combustible.