La comunidad de Internet se moviliza en la catástrofe haitiana
Washington (DPA). Los sitios de redes sociales hervían desde el primer día con muestras de solidaridad, llamados de ayuda e información de primera mano sobre la devastación causada por el terremoto en Haití.
En Twitter, los internautas de todo el mundo manifestaban sus emociones, proporcionaban enlaces hacia sitios donde dirigir las donaciones y difundían las últimas noticias procedentes de la región devastada. «Tuuits» de usuarios de Twitter volaban a través de la búsqueda de Twitter en tiempo real en Google a una velocidad de más de uno por segundo.
«Sin importar la nacionalidad ni la religión, todos tenemos que orar por el pueblo de Haití», decía el tuitero GypsysMusic. Le siguieron decenas de otros que querían hacer donaciones y alentaban a unir fuerzas para apoyar las organizaciones de ayuda.
Múltiples usuarios transmitían casi simultáneamente instrucciones sobre cómo donar dinero a la Cruz Roja y que eran retransmitidas por otros, potenciando la llamada a millones de seguidores de Twitter. Poco después, otros tuits confirmaban que la Cruz Roja había reunido ya en los primeros minutos más de 800.000 dólares mediante esa campaña.
Care2, el sitio de redes sociales diseñado para conectar activistas en todo el mundo, daba cobertura de primera plana a la tragedia, con enlaces que permitían a los usuarios poner mensajes de solidaridad a voluntarios de ayuda humanitaria y detallaban cómo contactar y donar a las organizaciones de ayuda, incluyendo la Cruz Roja de Estados Unidos, CARE, Servicios Católicos de Ayuda, Médicos sin Fronteras, Mercy Corps y muchos más. El sitio daba asimismo instrucciones sobre cómo ayudar a otros miembros a leer los mensajes.
En Delicious.com, el mayor sitio de conexión de redes sociales en la Web, dominaban los enlaces con información de fondo sobre Haití y noticias sobre cómo ayudar a las víctimas. Incluso sitios de redes sociales que normalmente no se dedican a acontecimientos de actualidad se dedicaban de lleno a llamados de solidaridad para con el pueblo haitiano.
Gaia online, uno de los mayores sitios de discusión general en Internet, generalmente frecuentado por adolescentes, tenía ya múltiples enlaces sobre Haití, con cientos de respuestas. «Mira las noticias», imploraba uno de los usuarios de Gaia, Miss Crimson. «Allí dicen cómo ayudar. Recolectores de fondos, la Cruz Roja y las iglesias se han puesto manos a la obra». El mensaje fue replicado por WTF Corbin, diciendo: «He donado ya… trescientos dólares».
Muchos sitios de redes sociales manifestaban asimismo su sorpresa por la cantidad de desinformación que estaba siendo propagada. Informaciones erróneas de la empresa de mensajería UPS ofreciendo transporte gratuito a Haití fueron desmentidos rápidamente, mientras muchos denunciaban decenas de spams o correo basura que estaban tratando de sacar ganancias de la tragedia. «Alerta de fraude», escribía Tawandah, seguido por otros informes de descarados intentos de spam.
Por la tarde del miércoles, las denuncias de spams abundaban tanto que el FBI, la Oficina Federal de Investigaciones, emitió una alerta oficial en su sitio de Investigaciones Cibernéticas. «El FBI recuerda a usuarios de Internet que reciban llamamientos para donar dinero tras el terremoto del martes en Haití que mantengan una mirada crítica e investiguen antes de responder a esas llamadas», decía el FBI. Se proporcionaba un enlace para informar de mensajes sospechosos de spam relacionados con el desastre de Haití.
Quienes querían seguir al minuto los acontecimientos en Haití se dirigían a las grandes organizaciones de noticias, que trataban de hacer llegar sus reporteros al país. Muchas de ellas pedían a través de Twitter que los usuarios les enviaran fotos o vídeos desde Haití. Esas imágenes o reportajes de primera mano llegaban con dificultad, pero se los podía ver en Twitter. En TwitPic, un sitio que permite compartir fotos a través de Twitter, LisandroSuero hizo llegar múltiples fotos que ilustraban la magnitud de la tragedia.
Otros usuarios de Twitter relataban con palabras el horror que tenían ante sus ojos. Troylivesay decía: «Cubiertos de polvo y de escombros… vimos cuerpos sacados de entre las ruinas que yacían sobre la acera… muchos otros estaban heridos». Fredodupoux, por su parte, confirmaba lo peor: «No he visto ni una sola ambulancia ni servicio de asistencia médica profesional en ningún lugar de Puerto Príncipe…».
fuente: http://www.nacion.com/ln_ee/2010/enero/14/aldea2226072.html
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